Miguel Ángel Sánchez tiene como objetivo profesional mejorar la eficiencia en el trabajo de aquellos con los que colabora.
Como formador imparte cursos orientados a futuros administrativos o directivos para que sepan desarrollar su carrera como un servicio al resto de la organización, aportando información adecuada y oportunamente.
Como asesor a empresas, aporto los conocimientos y herramientas que necesitan los administrativos y ayudo a los socios-directivos a analizar la información que genera el departamento de administración-contabilidad con la que adquieren un mejor conocimiento de su empresa y pueden tomar mejores decisiones.

domingo, 20 de octubre de 2013

SISTEMAS DE MEDIDAS

En el libro El Síndrome del Pajar, Eliyahu Goldratt  reflexiona sobre algunos criterios que las empresas tienen en cuenta para organizar el trabajo de sus operarios. En tres ocasiones, páginas 26, 28 y 145, escribe en mayúsculas este párrafo:

Goldratt, Teoría de las Limitaciones

DIME COMO ME EVALÚAS, Y TE DIRÉ COMO ME VOY A COMPORTAR. SI TU ME EVALÚAS DE FORMA ILÓGICA… NO TE QUEJES POR COMPORTAMIENTOS ILÓGICOS.

Y más adelante, en la página 88 y también todo en mayúsculas, completa:

CAMBIA MIS CRITERIOS DE EVALUACIÓN POR UNOS NUEVOS, QUE YO NO ENTIENDO DEL TODO, Y NADIE SABRÁ COMO ME COMPORTARÉ, NI SIQUIERA YO.

Esto es cierto prácticamente siempre. Me vienen a la mente algunos entornos en los que es especialmente significativo el cambio de comportamiento que genera el cambio de criterios.

El primero de ellos es la Universidad. A los profesores-investigadores de Universidad en algunos ámbitos, se les está valorando por el NÚMERO de publicaciones científicas. Exagerando un poco, podríamos decir que no importa el interés que la investigación pueda tener para la sociedad en general o para los alumnos universitarios en particular. Lo importante es el número.  Ya he hablado con varios profesores de cierta edad, que lamentan la picaresca por parte de los jóvenes más necesitados de publicar. Publican más, pero no contribuyen mucho al avance de la ciencia. También importa el IMPACTO de la publicación, pero para todo hay un atajo. Si queremos que esto cambie, es necesario cambiar la forma de evaluar, cambiar los criterios de medida.

Otro ámbito de la vida muy marcado con esta “ley universal” tiene que ver con la salud de la democracia. En todos los países democráticos, los miembros del congreso saben que le deben su escaño a quien los eligen. Por lo tanto, deben legislar conforme a los intereses de aquellos que los eligen, tanto por el interés general (es el mandato que han recibido), como por el interés personal (quieren volver a ser elegidos).
Si el político es elegido por los ciudadanos de su distrito (barrio, ciudad, provincia) estos serán sus “jefes” y procurará hacer lo mejor para ellos. Es lo que ocurre en muchos países.  Pero en España el diputado es elegido por el “comité electoral” del partido, que lo incluye en una lista cerrada, la cual el ciudadano no puede modificar el día de las elecciones generales. El diputado sabe que su “jefe” es el partido. Esta es la causa raíz de muchos comportamientos tan duramente criticados en los últimos años (como la disciplina de voto). Si queremos que esto cambie, en necesario cambiar la ley electoral.


Cuanto antes, mejor. 

domingo, 29 de septiembre de 2013

La “revolución” del Papa Francisco

Ya llevamos más de medio año con el nuevo Papa. Mucha fue la expectación que creó al principio y algunos auguraban una auténtica “revolución”.

Esa expectación hizo que muchos “alejados” se acercaran a escuchar atentamente el mensaje que salía del nuevo Jefe de Estado de la ciudad del Vaticano. Por alejados me refiero a muchos no católicos, incluso no cristianos. Pero también a muchos católicos que apenas viven la fe en navidad o en la BBC (bodas, bautizos y comuniones).

Algunos amigos y conocidos me comentan que este Papa está cambiando algunas cuestiones importantes de la Iglesia, “no como en los últimos 30 años”. En fin. El Papa y su mensaje no son nuevos. La Iglesia lleva más de 2000 años transmitiendo el mismo mensaje de amor a los demás, de arrepentimiento por los pecados, de perdón y misericordia los unos con los otros. Nada nuevo bajo el sol. Lo único nuevo es que algunos que antes no escuchaban, ahora si lo hacen.

Es cierto que en 20 siglos la Iglesia ha pasado por etapas oscuras y por divisiones. Pero la Iglesia de hoy, que sigue el rumbo marcado por el último Concilio, es más fiel al Evangelio que la que quemaba brujas en la hoguera o favorecía cruzadas. Me sorprende que esa fidelidad al Evangelio sea percibida como una importante novedad por muchos. Supongo que será porque esos muchos no conocían el mensaje de Cristo hasta ahora.

Un Ejemplo: algunos consideran una importante “modernización”, el cambio de rumbo de la posición de la Iglesia con los homosexuales planteado por el Papa Francisco. ¡Pobres ignorantes! En una extensa entrevista que el Papa concedió al periodista jesuita Antonio Spadaro a finales de agosto, recordaba que lo dicho sobre los homosexuales está en el Catecismo (para sorpresa de algunos, recuerdo que dicho catecismo fue elaborado en los últimos 30 años). Si, que la Iglesia no condene al homosexual no es ninguna novedad. En realidad la Iglesia no condena a nadie. La misión de la Iglesia es precisamente lo contrario: perdonar. Perdonar como expresión de amor. Cuando quisieron saber si Jesús animaba a apedrear a la mujer adúltera, “Jesús dijo: Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más” (Juan 8, 11).

Pero Jesús pide que no pequemos. Porque Jesús rechaza el pecado. La actitud de Jesús y el cristianismo hacia el pecado es de rechazo. Pero hay misericordia y perdón hacia el pecador.


El Papa nos recuerda que la prioridad es transmitir el mensaje de amor, perdón, conversión. Animar a las obras de misericordia, como el buen samaritano. Estar cerca del que sufre y tiene necesidad material y espiritual. Esta es la autentica "revolución cristiana". Los “alejados” muchas veces nos hacen perder el tiempo preguntándonos por divorcios, homosexuales, machismos, preservativos…

miércoles, 7 de agosto de 2013

Volver a la Universidad

Han pasado varios meses desde la última entrada en este blog. No escribo desde febrero. Entonces muchos españoles, o al menos muchos políticos españoles, estaban interesados por lo que un tal Bárcenas pudiera decir a cerca del dinero que manejaba. La semana pasada, ya empezado el mes de agosto, el presidente del gobierno Mariano Rajoy iba al congreso para decir básicamente lo mismo que ya dijo en febrero.

Cada vez entiendo menos este país. Todos queremos conocer la forma de acumular cerca de cincuenta millones de euros. Esto tiene difícil explicación dentro de la ley, pero estoy seguro que nadie se hace rico repartiendo grandes cantidades de dinero a los compañeros de trabajo. Tampoco entiendo que se intente invertir la carga de la prueba con respecto a Rajoy. Nadie tiene que demostrar que es inocente, en muchas ocasiones es imposible. Siempre es el que acusa el que tiene que demostrar la culpabilidad del acusado.

Este tema me aburre, y mucho. Así que escribiré un poco sobre lo que he hecho estos meses y qué me ha tenido tan ocupado. Por un lado he terminado mi formación básica de inglés: por fin tengo el famoso nivel B2 por la Escuela Oficial de Idiomas. Mi más sincero agradecimiento a las profesoras de la EOI en Palma del Río. También a Vaughan y su curso “definitivo”.

Por otro lado, he centrado mis esfuerzos en el Máster de Métodos de Investigación. Somos estudiosos de las ciencias sociales, lo que implica intentar comprender el comportamiento de cada individuo dentro de la sociedad como trabajadores, consumidores o directivos. Mis estudios se centran en la dirección de las limitaciones (Theory of Constraints, TOC) y sus implicaciones en la gestión global de organizaciones.

Volver a la Universidad con cuarenta años y una familia que mantener no es tarea fácil. Pero realmente estoy disfrutando: ¡cuántas cosas se pueden hacer con muchos datos y una buena batería de aplicaciones estadísticas! Las encuestas de opinión son importantes y con Smart PLS podemos llegar a interesantes conclusiones (o con SPSS, WEKA, NNEP). He subido un nivel más en el uso de Excel: muy bueno eso de trabajar con probabilidades y números aleatorios. He leído libros y artículos académicos (algún compañero piensa que la biblioteca de ETEA la están reformando para que quepa todo lo que yo estoy leyendo). He empezado a entender cómo funciona una nueva Universidad y no tengo ninguna duda de que en diez años la Universidad Loyola Andalucía será una de las más prestigiosas de España y aspirará a entrar en el ranking de las mejores del mundo.

Pero lo más interesante no está en los contenidos, sino en las conversaciones “off the record” con profesores y compañeros. Interesantes debates (¿epistemológicos?): ¿realmente son necesarios tantos estudios estadísticos para las ciencias sociales? ¿Pueden los números, las series temporales por ejemplo, predecir la evolución del comportamiento de la sociedad? ¿Es aplicable una lógica no matemática? ¿Cuantitativo o cualitativo?


En una de estas interesantes conversaciones al salir de clase, hablábamos de que las técnicas estadísticas surgieron en las industrias para determinar la fiabilidad de las máquinas que fabrican tornillos. La conclusión fue que nosotros, las personas, “no somos tornillos”.

domingo, 3 de febrero de 2013

Ya nada será igual


Estos días toda España está conmocionada por las noticias que aparecen en las portadas de los periódicos. Los “presuntos” papeles de Bárcenas y la declaración de Mariano Rajoy del sábado constituyen un hito en la historia de la democracia española. Ya nada será igual.

La ciudadanía está indignada, conmocionada, aturdida, hastiada. Como país, estamos llegando al límite de nuestra capacidad de aguante. El nivel de desconfianza en los políticos y medios de comunicación es terrible. De momento, lo único que está claro es que alguien ha mentido y compromete su futuro al cien por cien al defender la mentira.

Es posible que el presidente del partido popular y sus dirigentes hayan cobrado durante años dinero efectivo en sobres sin declararlo a hacienda. Este dinero provendría de comisiones ilegales cobradas a empresas que se habrían beneficiado de decisiones de ministros y dirigentes del partido. Mariano Rajoy no puede mentir a los españoles. Tendría que dimitir y junto a él todos los dirigentes del partido. Eso es lo que defiende el diario El País con sus publicaciones.

Pero también es posible la otra opción. Los papeles publicados dejan muchas dudas en cuanto a su origen y veracidad. Desde un punto de vista jurídico o legal no demuestran nada. Los datos que aparecen en dichos papeles son negados por todas las empresas y personas que son nombradas en ellos. La declaración del presidente del PP y del Gobierno se resume en dos palabras: “es falso”. Esto es, la mentira está en las publicaciones de El País y el PP no hizo aquello de lo que se le acusa. Entonces este periódico debería hacer frente a sentencias judiciales por difundir información falsa y, sobre todo, debería perder el apoyo de sus lectores con consecuencias claras en su cuenta de resultados. Eso es lo que defiende el Partido Popular.

Queda claro, pues, que alguien miente. Puede ser que mienta Mariano Rajoy y también puede ser que mienta el diario El País. Lo seguro es que alguien miente.

Los países civilizados, España es uno de ellos, mantienen el principio de presunción de inocencia. A nadie se le puede exigir que demuestre su inocencia. Por cierto, que por muchas auditorias que se hagan, jamás se podrá demostrar que algo no existe (eso lo tenemos claros todos los que hemos vivido auditorias contables). Por lo tanto, le corresponde al diario El País demostrar que es verdad lo que sostiene. De no hacerlo será el periódico quien quede desprestigiado totalmente. Y junto a él todos los que han preferido creer eso antes que al presidente del gobierno.

No pongo la mano en el fuego por nadie, pero sigo confiando en el presidente del gobierno, que no tiene necesidad de hacer aquello de lo que se le acusa (hace bien en recordar que con 23 años ya tenía la vida resuelta y que en política gana menos que fuera de ella). Sigo desconfiando en un periódico que siempre ha jugado a favorecer los intereses del PSOE sin importarle la bajeza moral de esta colaboración.
Sea cual sea la verdad, ya nada será igual.