Miguel Ángel Sánchez tiene como objetivo profesional mejorar la eficiencia en el trabajo de aquellos con los que colabora.
Como formador imparte cursos orientados a futuros administrativos o directivos para que sepan desarrollar su carrera como un servicio al resto de la organización, aportando información adecuada y oportunamente.
Como asesor a empresas, aporto los conocimientos y herramientas que necesitan los administrativos y ayudo a los socios-directivos a analizar la información que genera el departamento de administración-contabilidad con la que adquieren un mejor conocimiento de su empresa y pueden tomar mejores decisiones.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El país es nuestro

Hace unos días los norteamericanos tuvieron sus convenciones para designar a sus candidatos a las próximas elecciones. Es la fase final del proceso de primarias que dura casi todo un año.

En la de los republicanos estuvo Clint Eastwood demostrando lo mucho que sabe hacer ante las cámaras. Quiero centrarme en algo que dijo, que es valido para todos los países con democracia y que  aquí en España no acabamos de entender:

"El país es nuestro, los políticos son nuestros empleados", 

 "cuando alguien no hace el trabajo, hay que echarlo"

La constitución española afirma que "la soberanía reside en el pueblo", pero ¿se imaginan a algún actor español diciendo algo parecido ante Rubalcaba?

El problema de España es que los políticos piensan que son empleados del "aparato" del partido y de quien confecciona las listas. Esas listas que nosotros, los dueños del país, solo podemos aceptar o rechazar en su totalidad.

Y es que es cada vez más necesaria una reforma electoral que permita listas abiertas, así podremos ser nosotros (¡los dueños!) los que podamos echar a los que no hacen bien su trabajo.



jueves, 16 de agosto de 2012

Medalla de Plata

Hace cuatro años disfruté del mejor partido de baloncesto de todos los tiempos: La final olímpica en Pekín entre USA y España. Hubo acción, igualdad, canastas espectaculares, dudas hasta los últimos minutos, un marcador histórico para una final, polémica arbitral,... de todo. España perdió por once puntos, pero marcó más de cien.

Y los jugadores españoles dejaron claro que están al mismo nivel de los americanos, que no tienen nada de lo que avergonzarse. Se sintieron orgullosos de conseguir la medalla de Plata (hacía casi 25 años de la primera con Corbalán, Epi, Romay,...), pero dejaron claro que su objetivo era el Oro.

Muchos españoles, pensaron que aquello fue de casualidad, que pasaría otro cuarto de siglo hasta ver algo parecido en baloncesto, que es difícil que España destaque en algo. Pero se equivocaban. No es casualidad que nuestra selección lleve una década disputando finales (mundiales, europeos, olimpiadas) que muchas veces solo se deciden en los últimos segundos.

En los juegos de Londres disfrutamos la misma final olímpica: USA vs. España. Esta vez los americanos eran conscientes de que España les podía ganar y nos temían, que es más que decir que nos respetaban. Y me encuentro con que aquel partido histórico de hace cuatro años ya no es tan histórico, es algo que se puede repetir con cierta frecuencia y que, tarde o temprano, acabaremos ganado. Esta vez el partido no se decidió hasta los últimos segundos y la diferencia fue solo de seis puntos. El Oro olímpico está cada vez más cerca.

"¡Qué lastima!" fue lo que exclamó Pau Gasol en el banquillo al final del partido, el resto del equipo pensaba lo mismo. No estaban contentos con la Plata, querían el Oro y sabían que era posible.

Esa mentalidad es digna de alabar e imitar en cualquier aspecto de la vida. Es difícil conseguir un éxito (una medalla olímpica lo es) si uno no se marca grandes metas. Si sabemos que las dificultades de la vida muchas veces rebajan nuestras expectativas no tenemos más remedio que marcarnos grandes metas y creer en nosotros mismo hasta el final. Nada que valga la pena se consigue sin esfuerzo, trabajo, constancia. Aunque muchas veces además haga falta un poco de suerte.

¡Qué lastima! es lo que exclamo yo cuando no consigo lo que creo que merezco en mi vida profesional. Pero sigo esforzándome y si Dios quiere lo conseguiré.

martes, 31 de julio de 2012

Siempre hay otra opción

Escuchaba hace unos días al presidente del gobierno decir que se sube el IVA por que no hay más remedio. En la misma semana oigo decir a Cristóbal Montoro que si no sube la recaudación está en riesgo el pago las nóminas de los empleados públicos. Nos quieren convencer de la inexistencia de alternativas después de haber tomado muchas medidas "para no tener que subir el IVA".

Esto me recuerda a un juego que me enseñaron hace años. Se trata de dibujar nueve puntos (tres filas de tres) en un papel e intentar unirlos con cuatro lineas rectas sin levantar el papel. Este juego ayuda a romper barreras mentales y a descubrir que existen soluciones creativas. Incluso hay formas "creativas" de hacerlo con solo una línea: 1ª hacer nueve puntos muy pequeños y una línea muy gruesa, 2ª poner el papel en el ecuador y hacer una línea que dé varias veces la vuelta al mundo, 3ª hacer una bola con el papel y atravesarla con el lápiz, .... Seguro que si lo piensas un rato encuentras otra formula.

Entiendo que tenemos el tipo impositivo más bajo de toda la unión europea y que la consolidación fiscal debe llevarnos a todos los países del Euro a asimilar los tipos impositivos. Pero por favor, que no me digan que no tenemos más remedio. Les pago (con mis impuestos) y les he puesto hay (con mi voto) para que aporten soluciones más creativas que las que podrían presentar los que estaban antes (Dios nos libre de otro Zapatero). Sé que son capaces.

La primera solución creativa estaba implícita en la frase de Montoro: si no aumenta la recaudación hay que dejar de pagar a los empleados públicos. Pues eso, quitar de la nómina a todos los empleados públicos que no son funcionarios (interinos, becarios, asesores, laborales, ...) y reducir sueldos a los funcionarios que más cobran. Yo no tocaría la nómina de ningún mileurista.

Pero hay más alternativas que se me ocurren sin pensar mucho: Acabar con duplicidades, reducir el número de ayuntamientos, eliminar empresas y fundaciones de dudosa rentabilidad económica o social, acabar de una vez con las televisiones autonómicas, ...

Seguro que a ti también se te ocurren otras opciones. Añadelas.

domingo, 13 de mayo de 2012

GRATIS (y 2)

¿Quién no recuerda la campaña publicitaria de la famosa tarjeta de crédito? "...hay cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás...."

Pues sí, a pesar de lo que escribí en mi anterior entrada, tengo claro que hay cosas que no se compran, que no se pueden obtener a cambio de dinero. En cierto modo podemos decir que son GRATIS.

¿Pero qué tipo de cosas son GRATIS y el dinero no puede comprar?

La misma campaña de anuncios da la respuesta, y lo bueno es que esas cosas que no son  gratis son las más importantes y las que más felicidad nos dan: la sonrisa de tus hijos cuando juegas con ellos, un beso, un abrazo, el frescor del césped recién cortado, el canto de los pájaros. La tranquilidad que da saber que tus padres y hermanos se interesan por tu salud.

Lo más importante es ver como hay gente que está dispuesta a darlo todo GRATIS, es decir, sin pedir nada a cambio: Sacerdotes y religiosos, misioneros y voluntarios preocupados por el tercer mundo, Cáritas, ...

En esta nueva vida que tenemos (no lo llamo crisis, por que no vamos a volver a lo que había hace unos años), son muchos los que se están dando cuenta de que lo importante no es lo que cuestan las cosas, sino lo que valen las personas. Es más importante tener a quien amar y con quien compartir los pocos bienes materiales que nos quedan, que estar rodeados de cosas y no tener con quien bromear, a quien abrazar.

Conforme nos vayamos recuperando de la verdadera crisis, la crisis moral y de valores, veremos a más gente compartiendo su dinero y su tiempo con los más necesitados. Ya se va notando en los bancos de alimentos, comedores sociales, etc... Esto es lo que nos hará grandes como sociedad y facilitará la recuperación económica tan deseada.